La quinta entrega basada en la lucha entre dinastías japonesas llega a Europa con un control característico de la franquicia, un apartado gráfico ligeramente renovado y varias novedades. Entre ellas, un modo de juego único diseñado por Shigeru Miyamoto: el Castillo Muramase; que a su vez está basado en un título del año 1984.
Cada personaje posee varias misiones en las que visitará zonas concretas de Japón para proteger una fortaleza u ocupar la del rival. Por ejemplo, en la primera misión de Yukimura Sanada como protagonista, deberemos escuchar a nuestro líder Shingen Takeda y acabar con la amenaza del ejército de Ieyasu Tokugawa para debilitar su poder.